Historia del clan
historia Guerra y Paz

 

Los horadrim

 

      En el albor de los tiempos los demonios dominaban la tierra. Los dioses intentaban crear una sociedad en la que el bien no pereciera por las guerras ni las plagas que los demonios acostumbraban a enviar a los humanoides para su eterna destrucción. Mephisto era el gran demonio, creador de las demás criaturas que ayudaban a sembrar el terror entre las gentes que vivían en son de paz ayudandose unos a otros a reconstruir su civilización ataque, tras ataque de las huestes del mal. Gominola, Fryar, Fray, Cactus y Petron no conseguian arraigar el mal que cada día asolaba mas el mundo de Petria . Casi todo era desierto de soledad , mal y muertes, cosa que los dioses no podían aguantar. Los dioses sabían que solo ellos no podían con las huestes de Mephisto, y que necesitaban de la ayuda de un ejercito de paladines humanoides que vencieran al mal y que los enviaran al infierno de donde nunca más salieran.

      Guilian era uno de los jóvenes de la ciudad de Thalos, hijo de leñadores en el bosque que en nuestros días se denomina "bosque de los enanos". La mayoría del tiempo la ocupaba en el estudio de la magia blanca y el arte de la espada, dos facetas que se le daban muy bien y que los ancestros de la ciudad tachaban de milagro ya que nunca un guerrero había lanzado hechizos de tal envergadura. Los pobres habitantes de Thalos, se pasaban la vida peleando con las huestes infernales y gracias a la pericia de Guilian solían sobrevivir sin problemas.

      Un día Guilian se adentro en el bosque. La comida escaseaba en esos tiempos, y sólo él y algunos más se dedicaban a cazar lo poco que podía haber ya que se sabía que por estas zonas vivían tribus orkas y demonios que las dominaban. Guilian se adentro en el bosque , por un sendero por el cual nunca había pasado. El bosque se hacia mas frondoso y la vegetación crecía a cada paso que se movía. Guilian decidió que debería volver por sus huellas pero al darse la vuelta no había camino y al volverse otra vez la vegetación había desaparecido y una cueva se erguía enfrente de Guilian.

-Esto debe ser cosa de magia, murmuro en voz baja.

      Pronto intento cancelar el hechizo para intentar volver pero no podía con esa magia. Decidió entrar en la cueva porque si alguien se la había puesto delante de sus narices era porque tenia que entrar. Se apresuro a entrar, creó una bola de luz y se lanzó hechizos de protección, ver invisible y demás ya que nadie sabía lo que le esperaba. La cueva era enorme. Guilian fue adentrandose poco a poco, con la sorpresa de empezar a encontrarse estatuas de los dioses. Eran estatuas dos veces más grandes que él y en el medio de todas un gran altar hecho de mármol blanco. Se veía que todo estaba abandonado, pero las estatuas y el altar estaban impolutos, ni mota de polvo ni rajas echas por el tiempo. Se acerco al altar y en un acto de fe, se puso a rezar por los habitantes de Thalos y pedir la destrucción de los demonios.

-Eso depende de tí mi paladín.

      Una voz suave y melodiosa salió del interior de la cueva.

-Qué...quién anda ahí? Preguntó Guilian acongojado por una presencia que ni con sus hechizos podía ver!.

-Soy tu madre, la madre de tu familia, la madre de todas las madres.

-Go..minola?

- Exacto mi paladín. Respondió la diosa haciéndose ver al mortal

-¿Paladín?, mi señora soy un humilde guerrero que sabe curar y poco más. ¿Cómo voy a ser el paladín de una diosa?.

-Eres Guilian ap Louen el leñador, has sido el elegido para ser el general de la batalla contra el mal, para llevar al triunfo a nuestros caballeros y conseguir la paz deseada parta nuestra tierra. Deberás encontrar a personas de honor que te sigan en la lucha y que comanden las tropas del bien. Esas personas serán tus hermanos de honor, tus hermanos de gloria, cuya amistad, hermandad y honor no se verán doblegadas por el transcurso del tiempo. Esta orden de paladines se llamara HORADRIM, se regirá por el honor de la espada y el bien de la magia. Conducirá a la victoria a las gentes de bien y echará a Mephisto y sus engendros al infierno donde deben estar por el resto de la eternidad.

-Pero , yo sólo se curar, proteger, bendecir.. y utilizar la espada, además, soy pobre no tengo dinero para comprarme una armadura, ni una espada decente... ni nada,

-Mira al altar hijo mío. Allí tienes la sagrada armadura de la justicia, símbolo que permanecerá en uno de los jefes de la nueva orden. Será la sagrada armadura de los horadrim. Fryar, te entregará la espada del honor que utilizarás para vencer a Mephisto y encarcelarle para siempre en el infierno. Fray , te entregará el yelmo de la bondad, que incrementará la magia, la sabiduría y la inteligencia de quien lo porte. Cactus te entregará los guantes benditos, que aumentarán la destreza con la espada. Y por ultimo Petrón, te dará el amuleto del tiempo con el que podrás trasladarte donde quieras solo con pensarlo y traer a gente donde tu estes siempre que lo desees.

-Sólo puedo decir que gracias y espero dar honor y gloria a los horadrim y a los dioses.

      Una vez salido de la cueva el camino de vuelta estaba allí, donde tenía que estar. La cueva se desvaneció y Guilian, ahora sir Guilian, empezó la búsqueda de sus hermanos para la creación del clan. La búsqueda fue larga, enanos, elfos, gigantes, humanos y algunas razas desconocidas que se hacían llamar otteren y runks se unieron a Guilian. Pronto Guilian tenía mas de 40 hermanos que se unieron a la causa de honor que sir Guilian les propuso. Nadie titubeo en el momento de unirse a él ya que todos, de una forma o de otra sabían que era su destino. Sir Conely y sir Malory se unieron a Gulian en la triada principal. Estos nombraron los paladines que comandarían las tropas. Luego a los soldados con mayor destreza la triada los nombró caballeros y junto con los soldados y escuderos formaron la infantería de ataque. Muchos clanes se unieron a la causa de los Horadrim, formando un ejercito humanoide jamás visto. A las ordenes de la triada fueron enviando a las huestes de Mephisto al infierno donde debían estar. Fueron avanzando, a través de pantanos, colinas, bosques, lloviendo , nevando... pero aún así en esta divina obra, nadie se desmoralizaba porque era un acto de fe, honor y gloria y sabían que los dioses estaban con ellos.

      Los meses pasaron, y la batalla tocaba a su fin. Los horadrim habían conseguido llevar al asedio a Mephisto. Pero sabían que no iva a ser fácil , ya que sus guardias eran draconianos de élite. Bestias inmundas mezcla de humanos y dragones, poco inteligentes pero muy fuertes y muchos, realmente muchos. La triada urdió un plan en el que sir Conely y sir Malory deberían distraer al enemigo para que sir Guilian encerrara a Mephisto en el infierno con la espada del honor. Sabían como distraerles pero no sabían como un solo hombre se introduciría en el castillo para vencer al gran diablo. De repente un gran viento salió de la nada y la silueta de una enorme bestia se acercaba a las tropas.

-E...es un DRAGÓN!. Gritó el vigía. Es un dragón enorme , pero... es de platino!!! no es un dragón malo .

-Pensé que eran una leyenda, dijo sir Conely . Pero, ¿que hace aquí? , ¿de donde salió?.

-Saludos humanos, soy Draco, el dragón sagrado de Gominola. Vengo de parte de mi diosa para luchar mano a mano con quien le dicen sir Guilian el templario.

-Será un honor luchar con vos, gran dragón, mi espada está a su servicio, replicó sir Guilian. La batalla comenzó, los horadrim condujeron a las tropas a la lucha contra los draconianos, mientras Sir Guilian a lomos de Draco, se introdujo en la fortaleza. Mephisto, arrogante se lanzó a la batalla a por Guilian y el dragón como si fueran unas insignificantes cucarachas. La batalla fue infernal, golpes de espada y zarpazos atacaban a el gran diablo y parecían cosquillas, no sabía cómo aguantaba a la espada del honor si su diosa le había dicho que un sólo toque bastaría para mandarle al infierno.

-Debes atacar con honor, justicia, verdad y fuerza le dijo una voz en su cabeza. Debes invocar el alma del dios de la espada del honor.

-Invocar al dios de la espada?...si es la espada del honor.., sólo puedo utilizarla con valor y honor....HONOR Y GLORIA PARA LOS HORADRIM!!!!!!!!!. Gritó Guilian efusivamente y agarrando la espada con dos manos y como si una colera divina le hubiera poseído, atacó a Mephisto asestandole un golpe mortal en el pecho. Acto seguido, una luz blanca manó de la espada iluminando toda la habitación, luego todo el castillo, y mas tarde todos los servidores del mal, como si la luz les estuviera absorbiendo. La luz se hizo muy intensa y en un instante desapareció. Todo el mal que albergaba la tierra quedó encerrado en el infierno y los humanoides pudieron vivir en paz. Los seguidores humanoides del mal se escondieron en las tierras yermas para crear los clanes de mal y terror que hasta nuestros días siguen existiendo. Guilian había agotado todas sus fuerzas vitales. Estaba a regazo de sir Conely que lloraba por la muerte que se avecinaba. Guilian en un último suspiro le dijo.

-No dejes que la labor realizada caiga en saco roto. Procura por todos los medios que HORADRIM perdure, pues preveo en las cercanías de la muerte que el mal no ha sido destruido, solo desterrado temporalmente.

      Sir Conely así lo hizo, preservo a los HORADRIM, así como su sucesor al mando de HORADRIM y el sucesor de este. Pero al no tener enemigos contra los que luchar y ser un mundo tranquilo, cada vez menos héroes entraban en HORADRIM, prefiriendo emigrar en busca de aventuras, con el tiempo el Gran Clan HORADRIM termino por desaparecer, así como los artefactos concedidos al mismo por los dioses.

      Tras 1000 años la oscuridad comenzó a volver a Petria, de forma progresiva y silenciosa, sin llamar la atención. Los dioses contemplaron este mal preocupados, no parecía provenir de Mephisto, sino de una fuente más poderosa y más antigua, era extraña y no la comprendían bien, por lo que reencarnaron a una antigua heroína del pasado (Tangsil) y la mandaron a investigar. Esta descubrió que algo no marchaba y se suicidó para comentarles a los dioses en persona lo que había descubierto. En ese momento los dioses volvieron a reencarnarla para que creara de nuevo el clan HORADRIM: el defensor del bien y enviaron distintas señales a los que consideraron adecuados para esta gran misión:

      A Shevatas les enviaron unos sueños premonitorios y unas visiones de su misión, así como le mostraron la forma de hallar la armadura de los HORADRIM.

      A Asgard y a Vanyar les mandaron señales de otra índole, pero esclarecedoras de su misión.

      Tangsil fue la encargada de reunir a los otros tres y de crear las bases de los antiguos HORADRIM, para que los demás las conocieran, además de instar a los otros tres a que encontraran al quinto Gran Maestre, que se uniría a ellos cuatro y que los dioses no podían elegir, pues debían dar cierta dosis de independencia al clan, puesto que ya habían intervenido demasiado.

      Ahora estos cuatro Heroes, junto con otros elegidos por los dioses para que los respalden y entre los cuales saldrá el quinto Gran Maestre comienzan la lucha contra el mal, una mal que se antoja casi imposible de vencer. ¿Serán capaces de lograrlo?.

      En sus manos está el destino de Petria, recemos a los dioses para que logren eliminar el mal que en ella está renaciendo.

 

Shevatas ninus nae

 

 

 
 

 

 

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